12 de julio de 2012

El legado de Lennox






Ayer, 11 de Julio de 2012, Lennox, presuntamente un pit bull, fue asesinado por el Concejo de Belfast, en Irlanda. Los pit bulls son ilegales en Irlanda del Norte. Se había hecho una campaña internacional para salvar a Lennox y hay ahora una indignación internacional por su muerte.

Y así debe ser.

Sólo por ignorancia se considera a los pit bulls como un tipo de perro feroz. Cualquiera que sepa algo de pit bulls sabe que son perros dulces y amorosos, cuyo papel histórico ha sido el de trabajar como niñeras no humanas de niños humanos. ¿Son feroces algunos pit bulls? Sí, los que están preparados para ser feroces por los seres humanos. Y a partir de lo que he leído, la afirmación de las autoridades de Belfast de que Lennox era feroz, o que era "necesario" matarlo en algún sentido, no fue apoyada por la evidencia.

Pero la historia de Lennox tiene un significado más profundo. Hubo una indignación internacional en esta cuestión porque no había ninguna justificación para matar a Lennox. El Concejo de Belfast actuó erróneamente.

¿Pero qué respecto de los aproximadamente 150 millones de animales no humanos —sin contar a los peces— que son asesinados hoy para comida?

Cada uno de esos animales es tan inocente y vulnerable como lo fue Lennox. Y no hay justificación para el sufrimiento y la muerte que les imponemos. Matamos y comemos animales porque tienen buen sabor; actuamos por costumbre para satisfacer el placer de nuestro paladar. Nada más.

Muchos de aquellos que protestan por la muerte de Lennox y objetan las acciones del Concejo de Belfast están haciendo exactamente lo que hizo el Concejo en el caso de Lennox: están decidiendo quien vive y quien muere.

La indignación moral en todo el mundo respecto de esta injusticia muestra que muchos de nosotros tenemos preocupación moral respecto de los no humanos.

Si pudiéramos encender la chispa moral y generalizar esa preocupación moral, de manera que todos aquellos que sintieron malestar por la muerte de Lennox pudieran llegar a estar igualmente indignados por la muerte de los miles de millones de animales matados anualmente para comida, tendríamos un movimiento por los derechos animales.

El patético movimiento “de la carne feliz”, “el consumo compasivo” que existe al presente, no tiene nada que ver con los derechos animales; tiene que ver con hacer que los humanos se sientan mejor respecto del consumo de no humanos.

A Lennox lo mataron injustamente. Eso estuvo mal. Quienes objetan lo que le pasó a Lennox deberían reconocer que continuar consumiendo animales no nos hace diferentes del Concejo de Belfast.

Si no son veganos, por favor háganse veganos. Y eduquen a otros, de maneras creativas y no violentas, acerca de cómo el veganismo es la única respuesta al reconocimiento de que los animales importan moralmente.

Y si tienen la posibilidad de adoptar a un animal sin hogar de cualquier especie, por favor háganlo. Si adoptan, consideren a un pit bull o mezcla con pet bull. ¡Son perros maravillosos!

Dejemos que el legado de Lennox sea la elevación de nuestra consciencia por todos los no-humanos.

Posdata del 16 de julio de 2012

Algunos animalistas están convocando un boicot al turismo de Irlanda del Norte en respuesta por la muerte de Lennox. Esto demuestra la confusión en la que viven tantos animalistas. Primero, ¿por qué Irlanda del Norte? Nueva York matar a más pitbulls en un día que todos aquellos que habrán matado en Irlanda del Norte durante años. Segundo, millones de animales son matados cada minuto de cada día en todas partes alrededor del mundo. Pero la respuesta de estos animalistas consiste en realizar un boicot enfocado en un perro y que no hace mención de los otros millones de animales ni conecta ambas injusticias. El veganismo no es mencionado.
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