9 de diciembre de 2010

Odio decirlo, pero Sarah Palin está en lo correcto: una respuesta a Aaron Sorkin




A la atención de Aaron Sorkin; The Huffington Post

   Estimado señor Sorkin:

En un reciente blog publicado en The Huffington Post, usted criticó a Sarah Palin, a quien cita declarando lo siguiente, en respuesta a las críticas por su caza y matanza de un caribú, en su programa de televisión:
«A menos que usted nunca haya usado zapatos de cuero, sentado en una silla de cuero o comido carne, ahórrese su condena.»
Usted reconoce que come productos animales y que tiene zapatos y muebles hechos con cuero, pero afirma ser capaz de distinguirse de la señora Palin. Le dice:
«Usted no estaba matando aquel animal para comida o abrigo o ni siquiera por moda, lo estaba matando por diversión. Usted disfruta matando animales. Yo puedo hacer una distinción entre nosotros dos, pero por más que lo intente, no puedo hacer una diferencia entre lo que a usted le pagan por hacer y aquello por lo que Michael Vick fue a prisión. Soy capaz de hacer la distinción sin ninguna pizca de hipocresía incluso aún cuando me ponga feliz cada vez que uno de los tontos falsos machos de su grupo le dispara accidentalmente a otro de ustedes en la cara.»
Lo siento, señor Sorkin. No puedo pensar en una sola cosa que Sarah Palin alguna vez haya dicho con la cual yo concuerde. Jamás concordé con ella. Realmente. Nunca. Pero, en cuanto a esto, ella está totalmente acertada y usted completamente equivocado.

Usted objeta que ella mate al caribú porque era innecesario; ella lo hizo porque lo disfruta. 

¿Y porqué usted come carne y productos animales?

Esa es una pregunta retórica. Sólo hay una respuesta: porque usted lo disfruta.

No está involucrada ninguna necesidad. Usted no necesita comer productos animales para vivir una vida óptimamente sana. De hecho, la corriente principal de terapeutas dedicados a la salud nos está diciendo sistemáticamente que los productos animales son dañinos para nuestra salud de una u otra manera. Pero usted no precisa estar de acuerdo con ellos para concordar con el simple e indisputable hecho de que no necesitamos comer productos animales para gozar de una vida sana. Es una cuestión de preferencia del paladar y nada más.

Y la cría de animales para comida es un desastre medioambiental.

La mejor —verdaderamente, la única— justificación que tenemos para infligir sufrimiento y muerte a 56 mil millones de animales anualmente, sin contar a los peces, es que tienen un buen sabor. Y no importa si usted come productos animales convencionales o la carne y productos animales “felices” promovidos por varios grupos de bienestar animal en su intento de hacer que el público se sienta mejor respecto de consumir animales. Todos los animales que usamos para comida, incluyendo los criados y matados de manera más “humanitaria”, son tratados y matados de un modo en que, si fueran humanos los involucrados, sería, sin ninguna duda, caracterizado como un caso de tortura.

El hecho de que usted le pague a alguien más para hacer el trabajo sucio es moralmente irrelevante. Yo enseño Derecho Penal. Si usted le paga a alguien para matar a otro ser humano, trate de decirle al juez que el asesino, de hecho, disfruta del acto de matar pero que usted le paga sólo por eso. El juez le va a decir que ambos son culpables de asesinato. Ambos son igualmente culpables.

No me voy a molestar en comentar acerca de los zapatos y los muebles. De nuevo, aquellas elecciones no reflejan nada que tenga más peso moral que la moda, y la moda no tiene ningún peso moral en absoluto.

En cuanto a Michael Vick, como argumenté; resulta que a Vick aparentemente le gustaba sentarse alrededor del reñidero de perros; el resto de nosotros disfruta sentándose alrededor de la pariilla donde se asan los cuerpos de los animales que, en la mejor de las circunstancias, han tenido una vida y una muerte peores que los perros de Vick. Criticar a Vick por sus actos moralmente injustificables, mientras nos involucramos en una conducta que no es moralmente diferente, no es nada más que hipocresía.

Perdón, señor Sorkin, como un  activista de políticas progresistas que encuentra objetable a Sarah Palin en tantos aspectos que es difícil de enumerar, encuentro que en esto ella está acertada. Usted no tiene legitimación moral para criticar lo que ella hace.

Le preguntaría si usted consideraría hacerse vegano. Es fácil. Es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer.

Sinceramente,

Gary L. Francione

Profesor, Rutgers University School of Law–Newark



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